Cuando estaba haciendo el mejor inicio de temporada en su carrera como futbolista, cuando venía en una racha goleadora (4 goles en 3 partidos) una lesión lo dejaría por ahora en la banca del Chelsea hasta su recuperación.
Es que la carrera de Diego Costa no ha sido fácil y para poder estar en el lugar en el que él ahora se encuentra ha tenido que esforzarse mucho y demostrar lo que tiene.
Desde sus inicios como futbolista ha pasado cedido por varios equipos. En el 2006 fue fichado por el Atlético de Madrid pero no es hasta el 2010 en el que pudo formar parte de la plantilla.
Después de la Supercopa de Europa en el 2012 encontró la titularidad en el club rojiblanco, de la mano de Diego Simeone consigue un voto de confianza, se alienta a sí mismo y descubre la calidad de la que está hecho y que puede ser la figura principal de su equipo.
Tras una temporada de éxitos para el Atlético consiguiendo la Liga de España y llegar a la final de la Champions League, Costa se consagra como figura de su equipo, el goleador, el luchador, el preferido y consentido de la hinchada. La temporada terminaba con muchos rumores de su traspaso al Chelsea de Inglaterra.
En el Mundial debido a la pésima participación con el combinado español no pudo deslumbrar como hubiera esperado aunque marco un par de goles.
Su llegada al Chelsea dejaba cada vez mas de ser una especulación hasta que fue oficial su llegada a los Blues con los cuales hizo una muy buena pretemporada y una destacable actuación durante sus primeros partidos antes de su lesión donde había comenzado en la tiularidad y siendo implacable en la ofensiva.

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